LAS SIETE COLUMNAS DEL DISEÑO – GUI
BONSIEPE
En
el texto “Las siete Columnas del diseño” de Gui Bonsiepe se presenta la evolución
del concepto de diseño, a partir de una serie de épocas representativas,
conferencias y entrevistas donde se analizan sus dos principales formas de
expresión: el diseño Industrial y el diseño Gráfico. Asimismo nos da a conocer
puntos clave en cuanto a las problemáticas actuales del diseño como la
debilidad del discurso proyectual, propuestas educacionales para los futuros
diseñadores y un contraste de los modelos de desarrollo de la disciplina en
países Latinoamericanos, con los de la periferia.
El
cambio del significado del concepto de diseño y su relación con el discurso
proyectual en los años, comienza con los años cincuenta donde se tenía como enfoque
la productividad, racionalización y estandarización; al ser esta una etapa de
posguerra se tenía el ideal común de la reconstrucción, por ende los productos
diseñados se desarrollaban de acuerdo a las necesidades de la época.
Adicionalmente, un reconocido artista de la época, educado en la escuela
Bauhaus llamado Max Bill, hace referencia a la concepción que se tiene del
diseñador como un “peluquero”, es decir que solo se preocupa por la estética y
la parte visual del objeto.
De
acuerdo con lo anterior, el autor del texto plantea el “Esquema Ontológico del
Diseño” el cual está compuesto por tres ámbitos: el usuario, un objeto y la
tarea o acción a realizar, estos tres ámbitos representados en un triángulo serían los componentes fundamentales de lo que
Bonsiepe denomina una interfase, es decir la interacción de estos. Para el
diseño, dicha interfase es el interés al que se encuentra el diseñador “la
interfase es el ámbito central hacia el que se orienta el interés del
diseñador, la interfase vuelve accesible el carácter instrumental de los
objetos y contenido comunicativo de la información.” (p.1). A lo anterior se le
añade la preocupación no solo por su estética, si no por su funcionamiento,
interacción con el usuario, efectividad, etc.
Continuando
con la serie de épocas importantes, tenemos que en los años sesenta, el diseño
cambia de ser algo alternativo a una opción y decisión. En los setenta comienza
el auge de la relación entre el diseño y la tecnología, y a la vez el nuevo
concepto de diseño en cuanto a la visión de la “Gute Form” junto con
características específicas para ciertos contextos; uno de estos es el diseño
del tercer mundo considerado como un diseño de segunda calidad, que se enfocó
en buscar una identidad propia como diseño latinoamericano o africano.
En
los años ochenta, se caracteriza principalmente por el gesto individual de los
diseñadores, es decir la firma del diseñador vale más que el objeto en sí, lo
que genera un aumento en el comercio de objetos y a la vez un aumento de
precios llegando a ser cercanos a los del arte. Por otro lado, tenemos los años
noventa, donde presentan una visión ecológica de los objetos, el desarrollo
sostenible y cada objeto con un valor personal, perdiendo el factor dinámico
del diseño.
Según
Bonsiepe, los distintos cambios mencionados anteriormente, surgen a partir de
contextos políticos, sociales y económicos; y es gracias a estos que plantea
las siete columnas del diseño, las cuales son: 1. Diseño un dominio que se
puede manifestar en cualquier área de conocimiento o acción humana, 2. Diseño
orientado hacia el futuro, 3. Diseño relacionado con la innovación. El acto de
diseño introduce algo nuevo en el mundo. 4. Diseño conectado con el cuerpo y el
espacio, sobre todo el espacio retinal. 5. Diseño orientado a la acción
eficiente. 6. Diseño lingüísticamente arraigado en el campo de los juicios. 7.
Diseño enfocado a la interacción entre el usuario y el artefacto. El dominio
del diseño es el dominio de la interfase.
A
partir de dichas columnas, Bonsiepe nombra el término “todo es diseño” y
reflexiona sobre el mal uso que se hace de este, el correcto debería ser “todo
tiene potencial de ser diseño”, ya que, todo puede llegar a serlo de acuerdo al
tiempo y el punto de vista necesario. Del mismo modo, surge el “Diagrama de
acoplamiento estructural”, donde el usuario y el objeto se conectan e
interactúan; la cual se entiende como esa conexión natural entre cualquier
objeto con un usuario y que este comprenda su funcionalidad mediante su forma.
Finalmente,
tenemos que el autor tiene una nueva conceptualización del diseño,
entendiéndolo como un dominio de interacción entre usuario y producto y asume
el término “interfase” como un elemento distintivo del producto del diseñador;
a partir de esta conceptualización propone las siete columnas dirigidas a la
actividad del diseñador. De igual manera, con la nueva definición se establece
una nueva historia de la disciplina en general; aborda otros ámbitos y
contextos que se relacionan con esta, por ejemplo el marketing y la
administración. Adicionalmente, tenemos la referencia de los modelos de
desarrollo en Latinoamérica en comparación a la periferia (otros países), junto
con los métodos de enseñanza de la disciplina, con respectivas propuestas para
los futuros diseñadores como por ejemplo el fortalecimiento de las competencias
lingüísticas.
REFERENCIA
Gui Bonsiepe. (1993).
Las Siete Columnas del Diseño. La Habana: Ventura Publisher.
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